Borrach@ por comer pan

Se puede coger tremenda juma con pan.

Visualicen esto: Es tu hora de almuerzo y decides comerte un sándwich o pizza. Luego regresas al trabajo como de costumbre. Al rato te comienzas a sentir raro, como si te hubieras dado dos o tres cervezas. Como dicen por ahí: medio picao’. Pero tú solamente almorzaste y tomaste agua, ¡porque estás contando calorías! ¿Qué “carijo” pasó aquí?

Pues les informamos esto es un fenómeno real llamado “Síndrome de la Auto-fermentación” (Auto-Brewing Syndrome).  A nosotros nos gusta más el término “Síndrome de la Auto-Cervecera”

Se preguntarán: ¿Cómo pasa eso? ¿Qué tengo que hacer para me suceda a mí? Les explicamos.

Primero lo básico en una explicación sumamente simplificada. El alcohol se forma cuando la levadura (una especie de hongo/fungi) se come los azúcares que tienen los carbohidratos y desechan alcohol. O sea, levadura come azúcar y bota alcohol. Así se hace la cerveza (cebada), ron (molasses), whiskey (maíz), etcétera.

En este síndrome el sistema digestivo (estómago e intestinos) se convierte en un fermentador donde la levadura consume carbohidratos y producen alcohol.

La otra pregunta: ¿Cómo llegó la levadura a los intestinos? Fácil, ingerimos levaduras cada vez comemos comidas que las utilizan (pan o cerveza, por ejemplo). Por lo general, esos alimentos pasan por nuestro sistema digestivo sin causar mayores complicaciones, pero a veces pueden quedar residuos. Gracias a las “bacterias buenas” que tenemos en nuestro sistema se mantienen todo en orden y, si quedase algo, es eliminado posteriormente.

Es posible que una persona retenga levadura en su intestino y, luego de un tratamiento intenso de antibióticos, las “bacterias buenas” mueran y la levadura se apodera del sistema digestivo. ¡Ahí se formó el fermentador interno!

Como resultado, cada vez que una persona con esta condición consuma carbohidratos (por ejemplo, pan) la levadura en sus intestinos convertirá los azúcares en alcohol. El cual terminará en la sangre con todos sus efectos secundarios, buenos y no tan buenos.

En términos sencillos: “Se ajumaba con pan”.

Si con pancito la persona siente una “juma liviana,’ ¡imagínense como se pondría luego de una docena de donas azucaradas!

¿Quieres más detalles? Este video te puede ayudar.

¡SALUD Y BUEN PROVECHO!