La Curiosa “Liberalización” del Alcohol en Riyadh

Mientras como una cerveza fría me topo con esto…

Mientras me bajo una cerveza fría —porque la vida manda señales cuando quiere— me topo con una noticia que parece sacada de un universo paralelo: Arabia Saudita, uno de los países más estrictos del planeta respecto al alcohol, ahora permite que ciertos extranjeros no musulmanes compren bebidas alcohólicas dentro de Riyadh.

Sí, sí, leíste bien.
No es un espejismo del desierto.
No es un episodio perdido de Black Mirror: Camellos y Cocteles Edition.

Es real… pero, ojo: NO es una legalización masiva del alcohol, ni te emociones pensando que pronto habrá Happy Hour en Jeddah o un carrito de piña coladas en Medina.

Lo que está pasando en Riyadh es una especie de “beta program”, como cuando una app libera funciones solo para usuarios premium, con un salario tan alto que el requisito inicial ya filtra al 99% de la población.

Vamos a destripar esto con humor, datos, profundidad y un poco de innuendo, porque así se disfruta mejor.

La nueva política de alcohol en Riyadh: ¿Qué está pasando realmente?

Un cambio histórico… limitado a un club exclusivo

Arabia Saudita llevaba décadas con una prohibición absoluta del alcohol: nada de consumo, nada de venta, nada de posesión. Todo ilegal, para todos. Pero en los últimos años, bajo el proyecto Vision 2030, el reino ha ido abriendo ciertos espacios “controlados” para modernizar su economía y atraer talento extranjero.

La primera grieta en la muralla ocurrió en 2024 cuando abrieron la primera tienda de alcohol legal, pero únicamente para diplomáticos no musulmanes, bajo reglas estrictas dignas de misión imposible.

Pero recientemente, la historia dio otro giro:
algunos residentes extranjeros NO musulmanes, con ingresos sobre los $13,000 mensuales (aprox. 50,000 riyales), ahora pueden comprar alcohol en Riyadh en un outlet autorizado.

Hablemos claro:
Para poder comprar alcohol en Arabia Saudita necesitas ganar más que el salario anual promedio de varios países… cada mes.

Esto no es inclusión, esto es exclusividad con buffet premium.


¿Cómo funciona este sistema?

Un outlet único, aprobado y vigilado como si vendiera plutonio

No estamos hablando de supermercados con pasillo de vinos ni tiendas boutique de bourbon importado.

No, no, no.

Se trata de un único punto de venta en Riyadh, ubicado en un área muy controlada, donde:

  • Solo puedes entrar si cumples el perfil (no musulmán, extranjero, salario altísimo).

  • Debes mostrar documentación.

  • Existe un sistema de verificación del tipo “este pana gana >$13k al mes”.

  • Hay límites de compra.

  • Las autoridades monitorean absolutamente todo.

Este no es un “Liquor Store”.
Es un Liquor Fort Knox.

¿Por qué tanto control?

Porque Arabia Saudita está tratando de cuadrar un círculo complicado:

  • Modernizar su economía.

  • Atraer talento extranjero bien pagado.

  • Mejorar su imagen internacional.

  • Sin alterar la sensibilidad religiosa y cultural interna.

Es un acto de equilibrio digno del Cirque du Soleil… con menos lentejuelas, pero más vigilancia.

¿Por qué esto NO es una legalización masiva del alcohol?

1. Porque el alcohol sigue siendo ilegal para el 99% de la población

La mayoría de los saudíes, y cualquier extranjero que no cumpla con los requisitos, sigue bajo las mismas leyes tradicionales:

  • Prohibido poseer alcohol

  • Prohibido consumir alcohol

  • Prohibido comprar alcohol

  • Prohibido elaborar alcohol

Es decir, el ciudadano promedio no verá ni una gota más de alcohol que antes.

2. Porque solo aplica a un grupo muy específico

La condición de ingresar más de $13,000 mensuales no es casual. Arabia Saudita quiere:

  • atraer profesionales altamente calificados,

  • mantenerlos felices,

  • darles beneficios exclusivos,

  • sin causar tensiones sociales internas.

Es como decir:
“Sí, puedes beber, pero solo si tu sueldo nos convence de que tu existencia es estadísticamente beneficiosa para el PIB.”

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3. Porque solo hay UN lugar donde comprar

Si esto fuera una legalización masiva, ya veríamos:

  • bares,

  • licorerías,

  • restaurantes con vino,

  • lounges,

  • supermercados con cerveza,

Pero no.
Solo hay un punto de compra controlado.

Imagínate si Disney abriera “un solo Mickey” para saludar turistas, con cita previa y verificación de nómina.

4. Porque el alcohol no circulará en espacios públicos

Nada de:

  • cerveza en el estadio,

  • mojitos en el hotel regular,

  • brunch con mimosa,

  • “vamos pa’l chinchorro del desierto”.

El consumo seguirá siendo estrictamente privado.


¿Qué efectos puede tener esta política?

Efecto 1: Incentivo para atraer talento internacional

El mensaje es claro:

“Si quieres vivir aquí, trabajar en proyectos multimillonarios y beber tu whisky single malt, ven… pero trae tu salario de seis cifras.”

Esto alinea con Vision 2030, que busca diversificar la economía más allá del petróleo.

Efecto 2: Aumento del soft-power saudí

La narrativa cambia:

  • Antes: país cerrado, rígido, prohibitivo.

  • Ahora: país selectivamente abierto para profesionales globales.

A nivel geopolítico, esto suaviza la imagen del reino.

Efecto 3: Observación internacional del “experimento controlado”

Muchos países miran esta medida como:

  • una prueba,

  • un estudio sociocultural,

  • un test A/B de políticas sociales.

Si funciona, se expande.
Si no… bueno… lo cierran más rápido que una barra cuando llega la policía.

Efecto 4: Posible expansión en el turismo especializado

Antes del 2030, Arabia Saudita quiere turistas.
Hay rumores de zonas especiales estilo “NEOM” donde podrían permitir alcohol para visitantes internacionales.

Esto podría ser el primer ladrillo de un muro completamente distinto.

El debate interno e internacional

¿Es un avance o una contradicción cultural?

Algunos observadores dicen:

  • “Es progreso.”

  • “Es modernización necesaria.”

  • “Era cuestión de tiempo.”

Otros opinan:

  • “Es incoherente permitirlo solo a los ricos.”

  • “Es una excepción que crea desigualdades visibles.”

  • “Es un riesgo social.”

Ambas perspectivas son válidas.
Lo cierto es que Arabia Saudita está experimentando… pero a su manera.

¿Esto puede expandirse?

Todo dependerá de:

  • la reacción pública,

  • el impacto en la economía,

  • los resultados del control,

  • la narrativa religiosa,

  • las ambiciones turísticas.

Si funcionara, podríamos ver:

  • hoteles con alcohol regulado,

  • zonas turísticas especiales,

  • permisos temporales,

  • concesiones para expatriados.

Pero eso sería un cambio monumental.


Preguntas para ti…

  • ¿Te sorprende que Arabia Saudita esté dando estos pasos?

  • ¿Crees que esta política controlada podría expandirse en el futuro?

  • ¿Deberían otros países ultra-restrictivos imitar este modelo “selectivo”?

  • ¿Es justo limitar el acceso solo a personas con ingresos extremadamente altos?

  • ¿Es esto un beneficio real… o solo un gesto simbólico para atraer talento?

Tu opinión vale — y este debate está lejos de terminar.

Conclusión: un país en transformación

Lo que sucede en Riyadh no es una fiesta, ni un bar clandestino upgradeado.

Es un experimento controlado, casi quirúrgico, que refleja:

  • ambición económica,

  • manejo político del cambio social,

  • adaptación al mundo globalizado,

  • y realismo estratégico.

Es fascinante, polémico y simbólico.
Un país tradicional dando pasos —pequeños, muy vigilados, pero reales— hacia un nuevo modelo.

Y mientras veo cómo se enfría mi cerveza, solo puedo pensar:

“El mundo cambia rápido… pero algunos países cambian con manual de instrucciones, candado, clave de acceso y formulario en triplicado.”


Necesitas esto para degustar ese licor…

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