
¿Estás Tocaito, Sabrosito o Pica’o? La Escala Boricua de la Borrachera
Si alguna vez has ido de fiesta en Puerto Rico, seguramente has escuchado a alguien decir: “Estoy tocaito, pero todavía le meto” o “Ese tipo está bien pica’o, va a pelear con el poste en cualquier momento”. Y entre esos dos extremos existe el punto perfecto: el “sabrosito”. Pero, ¿qué significan realmente estos términos y cuántas cervezas necesitas para llegar a cada estado? Vamos a desglosarlo con ciencia… o algo así.
1. Tocaito: La Puerta de Entrada a la Fiesta
El que está “tocaito” ya siente el calorcito del alcohol, pero sigue siendo funcional. Habla más, se ríe con ganas y hasta se siente más suelto bailando (aunque no sepa un cará…). Es ese estado donde todo el mundo es pana y las preocupaciones se quedan en la barra.
Cantidad estimada de cervezas: 2-4 (dependiendo del aguante y el peso corporal).
2. Sabrosito: El Punto Mágico de la Borrachera
Este es el nivel ideal. Aquí te sientes imparable, los cuentos que haces son legendarios (al menos en tu cabeza) y el perreo fluye con la precisión de un GPS bien calibrado. Estás en la cúspide de la felicidad etílica sin caerte al otro lado del abismo.
Cantidad estimada de cervezas: 5-7 (dependiendo de tu tolerancia y si comiste antes de beber).
3. Pica’o: La Línea Roja del Party
Si llegaste aquí, mi hermano, ya cruzaste el umbral. El “pica’o” está en ese punto donde la voz se le sube, jura que canta como Marc Anthony y le da por filosofar sobre la vida a desconocidos en la barra. Puede ponerse sentimental (“brother, tú eres mi mejor amigo, te lo juro”) o peleón (“¿qué tú dijiste de mi cerveza?”).
Cantidad estimada de cervezas: 8+ (y en este punto, ya ni estás contando).
Conclusión: Encuentra Tu Punto y No Te Piques
La clave para disfrutar de una buena rumba en Puerto Rico es quedarse en el punto “sabrosito” sin cruzar a “pica’o”. Porque cuando estás “tocaito”, aún puedes decidir si subir o mantenerte. Pero una vez que llegas a “pica’o”… bueno, prepárate para los cuentos de la vergüenza al día siguiente.
Así que la próxima vez que estés de fiesta, pregúntate: ¿Estoy tocaito, sabrosito o ya me fui pa’l cará… y estoy pica’o? ¡Bebe con conciencia y, sobre todo, con alegría!
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