El Absurdo de los Quesitos sin Queso: Una Analogía de la Gentrificación en Puerto Rico

¡El absurdo de un quesito sin queso!
El Absurdo de los Quesitos sin Queso: Una Analogía de la Gentrificación en Puerto Rico

En Puerto Rico, pocas cosas despiertan tanta pasión como un buen café con un quesito recién horneado. Esa delicia de hojaldre, dulce y cremosa que te llena el corazón y la panza. Pero, ¿qué pasa si te ofrecen un quesito sin queso? Párate y piénsalo bien. Un “quesito” sin queso no es quesito; es una mentira vestida de hojaldre. Una traición culinaria. Una burla a nuestra cultura y, francamente, un insulto a nuestros paladares.

El queso es el alma del quesito. Sin él, lo que tienes es un pedazo de pan dulce seco y triste que no cumple con su propósito. Puedes rellenarlo con lo que quieras: chocolate, crema pastelera, o algún sustituto de “queso” vegano que sabe a cartón mojado. Pero no importa cuánto trates de disfrazarlo, sin queso no hay quesito. Y no, no hay excusa. Si le quitas lo esencial, le quitas su identidad. Lo conviertes en algo que no es y que nunca será.

Ahora, hablemos de Bad Bunny y lo que esto realmente puede significar. Un quesito sin queso puede ser la analogía perfecta para la gentrificación en Puerto Rico. Toma nuestras comunidades tradicionales, nuestra música, nuestras costumbres y nuestra comida, y reemplázalas con versiones “modernas” que no tienen alma. Desalojan lo que hace a nuestros barrios ser quienes son y los rellenan con algo que no encaja. Sí, puede parecer bonito por fuera, pero no tiene sustancia. Es un cambio superficial que beneficia a unos pocos mientras deja vacío a lo que antes era vibrante y auténtico.

Así que la próxima vez que veas un “quesito sin queso”, recuerda lo que estás perdiendo. Lucha por mantener el queso en el quesito, y nuestra esencia en nuestra isla. Porque sin queso, sin identidad, lo que queda es un simple cascarón. Y nadie quiere un cascarón. Queremos queso, queremos sabor, y queremos Puerto Rico con su corazón intacto.

¿Están de acuerdo con esta analogía o es solo un chiste sobre una pesadilla culinaria?

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